martes, 27 de diciembre de 2016

EL MILAGRO DEL STANBROOK

                                
              

Texto 5. Diario de un refugiado III


La Madre Glorosia, tan ducha en acorrer
la que suele a sus siervos en las cuitas valer
a este condenado quíselo proteger
recordose el servicio que le solía hacer...

Ya en el puerto de Valencia mi madre, mi hermana y yo estabamos bastantes cansadas y solo pensabamos en subirnos al barco e irnos lejos de nuestra ciudad, pero de repente se nos acerco un hombre alto y robusto que venía hacia nosotras con paso firme y seriedad.

Al principio me asuste un poco porque no lo conocía y venia muy rápido hacia nosotras, pero cuando se puso a conversar con mi madre parecia inofensivo. Le explico a mi madre que el le podía conseguir los billetes para subir al barco pero acambio le teníamos quedar todo nuestro dinero que habíamos sacado. Al principio mi madre se lo penso porque al hombre no lo conocía de nada, hasta que le preuntó que como podia fiarse de él, que como sabía ella que no le iría a robar su dinero. El hombre con seriedad le respondio qu era su única opcion que no tenía mas, tambien le dijo que había mas gente que le habia dado su dienero para poder subir al barco.

Mi madre se quedo un rato pensando hasta que al final cedió.
El hombre contento por la respuesta cogio el dinero y le dijo que se juntara con la demas gente. Cuando llegamos junto a los demas mi madre le pregunto que adonde nos iba a llevar, pero el no respondió, se quedo callado y la empujo al grupo.

En el grupo podíamos ver a tres señoras tristes una de ellas llevaba un bebé y un niño, que no paraban  de llorar. Al cabo de 15 minutos paradas y esperando nos subieron a un camión. Llegamos un apartamento oscuro y frío, estaba en muy malas condiciones, en el interior de la casa se podia ver solo una habitación donde se encontraba el baño con apenas un lavabo y un váter, tambien una cocina, si se le podía llamar así. Tenia una nevera con dos paquetes de jamón algo de agua y poco mas... Tambien tenia una cama de matrimonio vieja y sucia. Y luego estaban las mantas alrededor del suelo agujereadas y desgastadas.

Al principio se quedó un rato con nosotras y se peparó el, un bocadillo, nisiquiera nos había ofrecido a nosotras y a la demas gente algo de comer. Después se fue sin decir nada.Mi madre mi hermana y yo nos acurrucamos en una esquina con una manta e intentamos dormir un poco. Al anochecer todavía el hombre no había regresado, y mi madre se empezó a angustiar preguntandose donde podía estar. Ya estaba pensando en que fue mala idea darle el dinero.

Pero una de las chicas no podía estar mas allí asique decidó salir en su busca, pero todas las que estabamos allí la dijimos que no era buena idea que no podía salir de la casa, ademas no sabían donde estaban y era de noche se perdería nada mas dar dos pasos. Pero la chica no nos hizo caso y salió en su busca. Nosotras no la ibamos a dejar sola asique decidimos acompañarla.

Tras un largo camino llegamos a una taberna donde pudimos verle tras una ventana gastandose nuestro dinero en alchol. Pero luego vimos un sobre a su lado ¿serían esos nuestros billetes? Para comprobarlo entramos todas a la taberna y nos dirijimos a su mesa. Estaba borracho, una de las señoras se le acerco y le dijo que como se atrevía a gastarse su dinero y el de las demas en sus bebidas, pero el no respondió y siguió bebiendo. La chica se enfado y le quito el sobre que tenia, pero el hombre se cabreo aun más y se puso de pie gritandola que se lo devolviera, pero esta le lanzó un guantazo y se fue corriendo. Nosotras alucinadas la seguimos tambien, dentro del sobre había dinero, los billetes y unas llaves de coche asique nos subimos a el y nos pusimos en marcha.

Al fin llegó la mañana y ya estabamos en el puerto para embarcar y subirnos al Stanbrook, la señora nos repartió el dinero que había y nos entregó los billetes, nos despedimos de ella y de las demás y nos dirigimos a la cola de embarque, ¡al fin nos iríamos!, pensamos todas.

''En la fila esperando a embarcar,
para poder subir ya y navegar.
Atrás dejo el mal estar,
para poder volver a empezar''.