miércoles, 15 de febrero de 2017

DE LA PRISIÓN A LA DERIVA

Texto 7. Diario de un refugiado V


                  "sino yo triste y cuitado    
                   que vivo en esta prisión
                  que ni sé cuando es de dia
                  ni cuando las noches son"




Cuando nos instalaron en el centro, no sabía muy bien lo que estaba pasando, mi hermana y yo estabamos asustadas y algo preocupadas por lo que pudiera pasar.


Atrás nuestra habia mas gente asustada y había familias llorando y gritando. Delante nuestra estaban dos guardias que andaban serios y con paso firme.
Al llegar al final del pasillo nos dividieron en dos filas, mujeres y niños por un lado y hombres por otro. Pensé en la suerte que había tenido, pero derrepente nos separan a mi hermana y a mi de mi madre y nos meten en una especie de celda con otros niños, que se les veía en peores condiciones.


Iban pasando los dias, las semanas... y aún seguiamos en esa celda y si saber nada de nuestra madre.
Al paso del tiempo se empezó a acercar por nuestra celda un niño con apenas 10 años de edad, era moreno y estaba muy delgado, sin embargo comía bien porque siempre que venía nos traía algo de comida.


El caso es que el niño logró escaparse del centro pero sin su madre, y ahora venía a buscarla.
Él venía todas las mañanas antes de que los guardias pasaran y nos echaran un ojo, se quedaba charlando con nosotras y nos contaba como se escapó.


Hasta que la siguiente mañana no apareció por nuestra celda, al principio no le di importancia, pensé que habria tenido algún problema al entrar por los cambios de guardia que se hacian a menudo.
Pero fueron pasando los dias y aquel niño no aparecia, ya me estaba preocupando y me temí lo peor, pensé que nuestra unica salvacion para salir de aquel centro, la habíamos perdido,y lo peor de todo era pensar en que no volvería a ver a mi madre nunca mas...


Pero no me iba a quedar allí quieta, viendo como nos consumimos dia tras dia y sin poder hacer nada.
Decidí con mi hermana intentar escaparnos del centro, alomejor sería algo arriesgado, pero no había otra elección. Tras varias noches pensando en como salir de la celda, la noche siguiente lo conseguimos, en ese momento quería gritar, pero me contuve.


Fuimos corriendo a la celda donde estaba nuestra madre y la sacamos de allí,
y con mucho cuidado de no hacer ruido nos escapamos de aquel centro de detención. Seguimos hacia delante sin mirar atras y corriendo lo mas rápido que podíamos, hasta que llegamos a las orillas del mar y vimos una barca con mas gente dentro. Casi no cabíamos y ya no teníamos casi dinero, nisiquiera nos quedaba la ropa porque la tuvimos que dejar alli, en Tierra.
                       




                                                          ¡Quién hubiera tal ventura
                                                          sobre las aguas del mar
                                                          como hubo mi familia
                                                          la mañana en aquel lugar!
                                                         


                                                         Marinero que nos guía
                                                         gritando dice ¡saltar!
                                                         pues las palabras se las lleva el viento
                                                         dejandolas en el mar.


                                                         "Respondiole mi familia"
                                                          tal respuesta le fue a dar .
                                                          "Yo no digo mi canción,
                                                            si no a quien conmigo va".









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