viernes, 16 de junio de 2017

UNA RUTA QUIJOTESCA

 Texto 9.10. Diario de un refugiado IX


PARTE I:


Otro día mas y teníamos que pasar la frontera como fuese posible sin que nos pillase algún militar o autoridad... pero la primera vez no tuvimos suerte y se acercaron unos militares con porras y granadas.
Pero nos dieron un primer aviso sin que hizieran falta esas cosas y nosotros tuvimos que retroceder.
Tras tres días despúes, conseguimos cruzar la frontera gracias a que nos colamos en un grupo que ayudaba la ONG. No solo estabamos nosotras, había cientos, hasta miles de personas en ese grupo para cruzar la frontera. Eran grupos de 40 personas y nosotras estabamos en el segundo, por un momento creí que no ibamos a pasar y que nos tocaría esperar ni se sabe cuanto tiempo mas...
Pero al fin y alcabo de 4 horas (las 4 horas mas largas de mi vida), conseguimos cruzar la frontera. De allí,, pasamos otro control policial y nos dieron unos billetes para subir a un tren, ya casi no nos quedaba dinero. La situación por subir a los trenes eran desesperante,había gente, madres que se tuvieron que quedar porque les separban de su hijo, si quería subir al tren. Por suerte a nosotars no nos separaron, y subimos en la última parte del vagón.


PARTE II:


Una vez ya en el tren, me empezé ha agobiar por la cantidad de gente y el poco espacio que había.
Apenas quedaban sitios libres porque estaban ocupados por madres con hijos y ancianos.
Por suerte un hombre que estaba cerca mio, me cedió su asiento para que pudiera sentarme. Estaba cansada, asique me heché una pequeña siesta, si se le puede llamar así, antes de llegar a nuestro destino.
Una vez llegados a nuestro destino, nos bajamos todos rapidamente del tren y allí nos recibieron unos voluntarios con comida, bebida y algo de mantas. Nos dijeron que para poder cruzar la frontera nos teníamos que esperar a por la mañana por si habia algún militar o autoridad que nos pudiese asaltar. Pero para llegar a la siguiente frontera teníamos dos opciones, o pagar un taxi, o esperar unos días mas a que nos dieran la documentacion. Decidimos esperar a la documentacion para no arriesgarnos a perder mas dinero.
El resto de la noche la pasamos en una pension, que tuvios que compartir con dos personas mas.


PARTE III:


Llegada la mañana, nos levantaron temprano para cruzar la frontera, pero no todo sería tan fácil...
Nos enfrentabamos a un país con leyes muy estrictas donde el presidente se caracterizaba por su xenofóbia. Y si no haciamos algo rápido, ya no tendríamos otra oportunidad de cruzar, debido a que construirían un muro de alambres. Tampoco queremos ser regristados en el país, debido a que sus leyes nos deportarían de nuevo al nuestro, y eso, supondría vuelta a empezar. Pero el último día de fronteras abiertas, coseguimos entrar gracias a un hombre que nos ayudó, defendiendonos contra uno de los policías. Al fin entramos en el país.


PARTE IV:


Ya en el nuevo país, recibimos insultos, miradas de desprecio y desaprobación por su parte, que nos hacían sentir como extraños, como si no fuesemos personas, sino, una "especie rara".
Asique decidimos juntarnos todos en grupo para manifestarnos y dar nuetra opinion diciendo que nosotros tambien eramos personas y que habíamos sufrido las desgracias de nuestro país, de ahí el traslado a otro nuevo para empezar una nueva vida. Tampoco era tan difícil de comprender (al menos para mi) ¿de verdad hay tanta gente hipócrita en el  mundo? ... Despúes de largo rato de manifestción se decidieron a llevarnos en un autobús para salir del país, pero ya no sabíamos que pensar despúes de todo lo que nos habían echo. A lo mejor nos llevaban a un centro de internos para los extranjeros.


Pero decidimos dar una oportunidad y subirnos a aquel autobús. En ese momento rezaba para que nos llevaran a la frontera y no al centro para extranjeros, solo quedaba esperar.
Durate el camino pensando, (si habíamos echo buena eleccion la de montarnos en el autobús o no) ,tambien pensaba en todo lo que nos había pasado, como nuestras vidas de un momento a otro te puede cambiar para siempre, he podido experimentar toda clase de sentimientos, desde la perdida de mi hermana, hasta estar ahora aquí sentada ,debatiendonos entre lo que se podía decir una nueva vida o la "muerte".




Tras largas horas de viaje al fin llegamos. Yo todavía no quería mirar por la ventana para ver lo que había detrás de cristal. Hasta que entró una señora y dijo ella muy orgullosa -¡Bienvenidos a vuestro nuevo país!
Cuando escuché aquellas palabras por primera vez, en todo lo que habia tenido que aguantar y sufrir, sonreí.
¿Podríamos empezar una nueva vida al fin y al cabo?..
Nos recibieron muy alegres y con ganas de que entrara gente nueva en su país, y pensé (aún queda humanidad en el mundo). Allí tuvimos que cojer otro tren y esperaba que fuese el ultimo, para subir (almenos no para tener que huir de un país). Este tren estaba en mejores condiciones y daba agusto estar allí sentado sin agobio ninguno. Cuando llegamos a nustra parada había mucha gente con carteles diciendo que nos podian ayudar, pero mi madre y yo nos fuimos a un Centro de Acogida para refugiados. Allí pasaremos unos cuantos meses hasta que nos concedan un lugar en el que vivir.
Aunque alguna gente nos rechazara por ser unos inmigrantes en su país, eso no nos iba a impedir para empezar (y ahora ya si se podía decir) una nueva vida.




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